martes, 30 de septiembre de 2014

TENGO UNA ENFERMEDAD TERMINAL


Me pregunto qué concepción tendría de la vida si padeciese una enfermedad terminal. Supongo que, como muchos, saborearía cada instante y exprimiría cada minuto. Acabaría todo aquello que dejé a medias, todo aquello que realmente merecía la pena. Pediría disculpas a todas las personas a las que he hecho daño. Redimiría mis malas acciones y zanjaría asuntos pendientes con mi conciencia. Probaría cosas nuevas, dejaría que mi cuerpo experimentase. Leería todos aquellos libros que dejé pendientes. Conocería a gente nueva, me dejaría llevar... pero ante todo buscaría la manera de estar en paz conmigo mismo.

No nos damos cuenta. No nos damos cuenta de que todos y cada uno de nosotros padecemos una misma enfermedad terminal: la vida. La vida siempre nos lleva a la muerte, sin excepción alguna. Puede que lo haga en una hora, en un mes, en un año... pero siempre lo hace. No quiero que llegues al final del camino preguntándote si has hecho lo correcto; quiero que lo sepas con certeza. Conoce, pide perdón, disfruta, experimenta... sobre todo no te avergüences de tu conciencia; siente haber aprovechado tu tiempo.
¿De qué sirve llorar? El llanto es el peor defecto del ser humano. Ojalá pudiéramos prescindir de él, pero somos débiles; es algo inevitable. Odio sentirme deprimido, me da asco, aunque puedo reconocer que aprendo de ello. El caso es que siempre hemos de seguir caminando por esta carretera del desierto; si nos detenemos nunca llegaremos al pozo y moriremos por deshidratación.
Sigue caminando, corre, vuela... Exprime el tiempo que te queda, porque te aseguro que esta enfermedad terminal va a matarte... ojalá pudieras darte cuenta.

¡Siento si os he preocupado con el título!



No hay comentarios:

Publicar un comentario