domingo, 7 de septiembre de 2014

EL INSOMNIO Y SUS NOCHES LOCAS


En ocasiones desperdiciar la vida es sinónimo de disfrutarla. Aquellas tonterías, aquellas risas inútiles por cosas sin trascendencia, son las que hacen que nos sintamos vivos realmente. Ayer estuve hablando sobre cómo dominar nuestra libertad, nuestras emociones... Sobre cómo tener control de nuestro cuerpo y nuestra mente. Somos humanos, y como tales no podemos controlarlo todo; es imposible. Pero sienta bien intentarlo, igual que sienta bien dejarse llevar de vez en cuando por los sentimientos y las corazonadas. 

Esta noche tenía pensado trabajar en la corrección de mi novela. No lo he hecho. He estado bebiendo y jugando a videojuegos en casa con un amigo de una y media a diez de la mañana. Después nos hemos ido a tomar un café a un bar, mientras la gente nos miraba como si fuéramos drogodependientes, cuando en realidad tan solo estábamos afectados por el sueño. Mi amigo tiene insomnio. Yo nunca he sufrido de insomnio, pero sí he pasado varios días sin dormir -tres y medio, para ser exactos-, y cuando pasas tanto tiempo despierto la realidad se distorsiona, ves y piensas las cosas de forma distinta. Dejan de importarte las cosas trascendentes, tan solo piensas en tonterías, como en el movimiento de una hoja. Puedes ver cosas extrañas, como rostros distintos en las caras de los conocidos, y la verdad es que es tan entretenido como agotador. Lo provechoso de mi trabajo es que puedo crear nuevas ideas a partir de estas experiencias, aunque no sean más que tonterías; puedo crear historias a partir de las alucinaciones y reflexiones que trae el no dormir, igual que puedo crearlas a partir de otras cosas que mucha gente llamaría inútiles. Para ellos no son más que formas o hechos irrelevantes; yo veo en ellas una mina de ideas.
Mi amigo insomne y yo pasamos muchas noches trasnochando, casi siempre vemos salir el sol. En esas largas horas se nos ocurren muchas, cientos de cosas que hacer. El otro día, por ejemplo, preparamos un bocadillo de macarrones y su sabor nos sorprendió gratamente; pensamos que lo más probable es que al hombre que creó el bocadillo de calamares se le ocurriera de la misma
forma que se nos ocurrió a nosotros. Y es que en ocasiones la locura, lo diferente, puede ser buena e innovadora. Sé que un bocadillo de macarrones no es más que una sandez, pero si algún día tienes una buena idea por la que te llamen loco no la dejes escapar. Haz caso omiso a sus palabras y no dejes que te corten las alas.

2 comentarios:

  1. Si los macarrones vienen ya "pringados" de tomate ¿vosotros untáis al pan? Particularmente a mi no me gusta mezclar salsa de tomate tipo "solis" con tomate natural -el que se usa para untar el pan- yo no lo haría...Ahora bien si son macarrones carbonara untar el pan con tomate es una buena idea aunque si lo tuestas le echas un "rajolí de oli" y previamente has untado el pan con medio diente de ajo ¡está buenísmo! quita el hipo y el sueño :)

    Otra variedad de bocata, es el de atún con mostaza.

    Saludos.

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    1. Jajajaja tendré en cuenta esas ideas para la próxima vez, tienen buena pinta!

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