jueves, 16 de julio de 2015

EL PRECIO DE LA ENTRADA DEL CIELO

¿Cuál es el precio de la entrada del cielo? ¿Ir a misa todos los domingos y preceptos? ¿Confesar los pecados? ¿Recibir la eucaristía? ¿Cumplir a rajatabla los mandamientos? Lo dudo... Dudo que Dios sea tan sencillo. Deberíais reparar en que las religiones no son más que pautas, guías para llevar nuestra vida por el buen camino. Son escaleras al cielo. Pero el hombre es todavía más complejo que la religión... ¿Cómo puede una simple pauta subyugar a millones de personas? No lo hace realmente. He conocido a cientos de cristianos, y no es difícil deducir que cada uno de ellos tiene una concepción distinta de la religión, de su espiritualidad. ¿Por qué? Porque la religión no es perfecta, ha ido transformándose a lo largo de los siglos. La perfección, por el contrario, es inmutable. ¿Significa eso que el precio de la entrada del cielo ha ido variando como el de la de un parque de atracciones, que varía según la temporada? Supongo que sí... No es lo mismo ser cristiano en la actualidad que ser cristiano en la época del Imperio Romano. Hoy en día, si dices que eres cristiano, como mucho te tachan de retrógrado. En aquellos tiempos te arrojaban a los leones.
Supongo que el precio de la entrada del cielo no es seguir a rajatabla la ley de Dios, sino estar en paz con tu conciencia... Ahora bien, si no sabes cómo conseguirlo, la religión te ayudará -igual que lo haría un buen psicólogo, pero la religión es gratis-.

domingo, 5 de julio de 2015

CREED SER GRANDES

Necesito explicaros lo pequeño que es el ser humano, pero no encuentro las palabras. Iré directamente al grano. El Big Bang creó el universo y la evolución comenzó a hacer su trabajo. Empezaron a formarse los primeros sistemas solares. En uno de ellos había un planeta en el que la vida no era viable: la Tierra, una bola de residuos abrasadores, tóxica y estéril. Fue pura casualidad que otro planeta, llamado Cea, colisionara con la Tierra, permitiendo que en este comenzaran a aparecer las primeras formas de vida al cabo de millones de años. De los restos de Cea nació también la Luna. La superficie de nuestro planeta estaba desierta; fue en los océanos donde comenzaron a desarrollarse las primeras especies. Estos estuvieron dominados durante mucho tiempo por artrópodos, insectos gigantes que llegaron a alcanzar varios metros de longitud. Existía también entonces un insignificante pez primitivo del tamaño de la uña de tu dedo pulgar; puede que fuera pequeño, pero de él surgieron y evolucionaron todos los vertebrados, desde los grandes dinosaurios hasta ti, así que dale las gracias. Los peces, durante millones de años de evolución, fueron ganando tamaño y algunos desarrollaron extremidades y pudieron salir del agua; los primeros anfibios. La vida comenzaba ahora a progresar, no solo en los océanos, sino también sobre la superficie. La Tierra estaba dominada ahora por grandes anfibios y artrópodos de hasta seis metros; imaginaos un ciempiés del tamaño de vuestro coche... Agradable, ¿no? Los reptiles aparecieron, y aunque fueran pequeños, pronto alcanzaron gran tamaño y llegaron a dominar la pirámide del ecosistema. De ellos surgieron también unos extraños reptiles que caminaban sobre dos patas: los terópodos, los primeros dinosaurios. Hubo la primera gran extinción, en la que desaparecieron miles de especies. Una de las supervivientes fueron los terópodos, que alcanzaron desorbitadas proporciones gracias a la concentración de oxígeno que había en la atmósfera. Son aquellas criaturas que han inspirado tantas películas de Hollywood las que dominaban entonces la Tierra, los dinosaurios. Los mamíferos aparecieron, aunque vivían en madrigueras bajo la tiranía de aquellos descomunales animales y no llegaban a alcanzar un tamaño superior al de una rata. Hubo la segunda gran extinción, en la que desaparecieron los dinosaurios. Los mamíferos sobrevivieron gracias a vivir escondidos y a su gran capacidad reproductiva -hay que ver lo que nos gusta el sexo-; ahora ya no había grandes predadores que les amenazaran y podían crecer con tranquilidad. La evolución fue haciendo su trabajo y, tras millones de años, aparecieron los primeros simios. Algunos de esos simios continuaron evolucionando, dando lugar a los primeros homínidos. Fue entonces cuando la naturaleza cometió su mayor error: el Homo Sapiens, nosotros, el único ser que se creería superior a ella.

A lo que quiero llegar con este breve y pobre resumen de la evolución de la vida en la Tierra es a que el ser humano, pese a llevar poco más de cien mil años sobre la Tierra, ya cree ser el dueño de todo lo que le rodea. Deberíamos aprender un poco de humildad, ver lo pequeños que somos en realidad y aceptar y respetar nuestro lado más natural. 

P.D. He estado ocupado estos meses preparando la novela para su publicación... ¡Espero que podáis leerla pronto! Entre tanto Cuatro Puntas arranca de nuevo.