domingo, 14 de septiembre de 2014

MENTIRAS BAJO JURAMENTO

Es curioso ver cuánto engañan las personas. Una mentira, otra; una más. Así sucesivamente, sin remordimientos. Como un mecanismo arraigado a nuestro cerebro, como un sistema informático que va mejorando año tras año, día tras día. Estoy harto, siento que me va a explotar la cabeza. Como un martillo que va rebotando y reventando a golpes mi cráneo, como un virus en mi pensamiento que aniquila mis ganas de amor. Sería un hipócrita si os dijera que nunca miento, igual que si vosotros lo hicierais. Sé que a veces hay que mentir por complacencia, o quizá por respeto; de todos modos siento un aguijón en mi cabeza que me dice <<di la verdad, no seas cobarde>>. Pero somos débiles y necesitamos las mentiras para poder ''vivir en paz'', por así decirlo.
Hay mentiras que duelen todavía más: aquellas que se llevan a cabo bajo juramento. Jurar es algo serio, aunque parece que, por desgracia, la mayoría de la gente no puede verlo. Eso es lo que verdaderamente me saca de quicio, lo que hace que sienta que me va a explotar la cabeza. Eso es traición. Eso es engaño. Pero no importa, hay que seguir siempre hacia adelante... La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Eso espero. Refugiarse en el pasado es una tortura. Te hace todavía más débil y te arrebata las otras dos partes de la vida: el presente, cargado de emociones, y el futuro, cargado de sueños. Sé fuerte, perdona tus mentiras y las de los demás e intenta continuar hacia delante con un poco de decencia, la poca que te queda y que podrá convertirte en alguien más fuerte.
Y es que lo que más duele en esta perra vida es que nos mientan; que nos dejen saborear el aroma de los sueños para que después nos lo quiten de los dientes. Pero hay que seguir hacia delante, confiando o no en los que te rodean, siempre creyendo en lo que de verdad sientes y nunca dejándote engañar por la mezquindad del ''maravilloso'' ser humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario