domingo, 21 de septiembre de 2014

EL PRECIO DE UNA PERSONA

Me pregunto cual es el precio de una vida. ¿De verdad hay personas que valen más que otras? Supongo que sí, o al menos así lo creo yo. Nadie puede determinar tu valor, eso tan solo puedes hacerlo tú mismo. 
Las mentiras, los engaños, las traiciones... todo eso te convierte en un ser despreciable, porque es lo que hace que no estés bien contigo mismo. Cuanto más pienso en las personas más extrañas me parecen. Me pregunto por qué Dios -o quien quiera que sea- quiso hacernos así, tan complicados y tan instintivos a la vez.
Si haces algo con lo que no te sientas bien, si te contradices y comienzas una batalla contigo mismo, arrepiéntete. Comienza de nuevo. 
He hecho daño, he mentido, he sido alguien diferente a mí. Me arrepiento. Quiero que mi alma tenga algún valor. Quiero estar en paz conmigo mismo. Quiero ser quien realmente soy, pero la mayoría de las veces es demasiado complicado. Siempre hay que seguir hacia delante, aprendiendo de los errores y esforzándote para no recaer en ellos, siendo tú mismo sin dejarse influenciar. Eso te convertirá en alguien digno, en alguien digno de merecer esta vida. 
Somos tan estúpidos... Tenemos el mayor regalo del universo: la vida. Y no obstante la desperdiciamos, la despreciamos y la maldecimos. 
Hay que valorar lo que se tiene, porque siempre llega aquel día en el que se acaba... Ojalá no hubiera cometido tantos errores, porque los errores nos roban las partes más importantes de nuestra vida. Pero hay que ser fuerte, hay que seguir hacia delante sin preocuparse tanto por el porqué... Tan solo por el cómo, por si estas actuando como realmente quisieras actuar. Eso te convertirá en una persona superior, en una persona con valor. En alguien que se quita de encima el lastre del arrepentimiento; no porque quiera, si no porque no lo necesita.

1 comentario:

  1. todas las personas valen lo mismo...pero algunas valen mucho la pena y otras mejor ni en pintura!!! ;)) dixit!

    ResponderEliminar