lunes, 10 de noviembre de 2014

CAMBIA CON EL TIEMPO

Las cosas cambian en seis meses. Sorprende. Hace unos ciento ochenta días creía tener la vida planeada... y miradme ahora, a la deriva. Sabía qué quería, cómo lo quería y cuándo lo quería. Ahora solo sé que me llamo Javi y que me gusta escribir.
La vida se crea y se destruye; renace y vuelve a desaparecer. Cambia. Hace seis meses quería compartirla con una persona, ahora con otra: yo. Hace seis meses creía que en la vida no había cabida para los milagros, y cuando nació mi sobrino me di cuenta de que la misma vida era un milagro.
Felicidad, tristeza, cambio. Cambio; sí, ese es el sustantivo que mejor define vivir. La vida nos sorprende, nos atemoriza, nos fascina... y en esa inestabilidad es en la que encontramos belleza, la belleza que nos quita del suicidio, la belleza que nos define como humanos: la emoción.
Ahora navego a la deriva.. y no sabría decir si soy feliz, tan solo que disfruto viviendo; porque en el mismo cambio, en el mismo desconocimiento del porvenir, veo lo grande, frustrante y maravillosa que es esta perra vida.
Solo estoy seguro de una cosa: algún día moriré. No sé cual es el camino que me llevará hasta ese destino, tan solo sé que disfrutaré de él. 
A los veintiún años nuestro cuerpo empieza a morir. Muere lentamente, día a día, dejando que el tiempo con su paso nos vaya atrofiando. La vida va cambiando constantemente, y no voy desperdiciar mi tiempo preguntándome el porqué o intentando aferrarme a una estabilidad inexistente. Voy a aprovecharla, porque dudo que alguien quiera llegar a la tumba preguntándose el ''y si...''.

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