martes, 10 de marzo de 2015

LAS DROGAS Y EL ÉBOLA


No quería que este cúmulo de palabras acabara en el fondo de la papelera del profesor de Teoría de la Comunicación, aunque probablemente sea el sitio que le corresponde. Esta es mi tarea de hoy, consistente en transformar una noticia de género informativo a género literario. Me he pasado por el mismísimo forro de los pantalones la pauta que el maestro nos facilitó; no entiendo cómo algo puede considerarse literatura si tiene que ceñirse a unas normas. 

''Ébola está tratando su adicción. En pocos meses ha logrado diezmar su consumo de vidas humanas, por lo que le han permitido dejar el centro de desintoxicación en Liberia para mudarse a Sierra Leona. Esperemos que el síndrome de abstinencia le sea leve y no caiga en tentación en su nuevo hogar. ¿Sabían ustedes que desde que empezó a tontear con los humanos en 2014 ha llegado a consumir más de nueve mil trescientos de ellos? Su asistente social -un tipo llamado Naciones Unidas, creo recordar- ha estimado que alrededor de once mil brotes han quedado huérfanos. Creo que todos deberíamos dedicar un espacio en nuestro día a día para orar por la rehabilitación de Ébola.''


Una verdadera porquería, lo sé, pero yo me siento orgulloso de defecar semejante excremento. Para los curiosos, la verdadera y adormecedora noticia aquí. Yo me pregunto qué sienten los redactores de la BBC al escribir ''11000 niños han perdido uno o ambos padres a causa del ébola''. Son tan solo una mera cifra, ¿no? Nada más que dos unos seguidos de tres ceros. Son once mil muchachos que han visto agonizar a sus padres, degenerando entre vómitos de sangre y demás sádicas imágenes hasta llegar al lecho de muerte... ¡Adoro los eufemismos!

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